Nassim Taleb: "La recerca d'una vida planificada i ordenada ens fa dèbils".

Nassim Taleb
Hoy todos hablan de Cisnes Negros. Expertos, académicos, economistas, sociólogos, periodistas. Y es curioso. Porque El Cisne Negro, el libro que irrumpió como un idem en 2007 en las listas de ventas mundiales, acogía en su seno una despiadada crítica contra los expertos, académicos, economistas, sociólogos... Y sí, también contra los periodistas. Nuestra tecnológica y caótica realidad rige cada vez más compleja, es imposible predecir qué ocurrirá, no ya el año próximo sino pasado mañana, escribía Nassim Taleb. La historia la tejen los Cisnes Negros. ¿Podemos hacer algo? Sí, a condición de que hagamos pero no calculemos mucho, de jugar con el azar, como leemos en Antifrágil (Paidós, 2013) el nuevo libro de Taleb. Lo Antifrágil es lo que no sólo soporta el daño sino que sale mejorado de su encuentro. Antifrágiles son los estados pequeños como Suiza, los taxistas resistentes a la crisis o los sistemas vivos que evolucionan. También no tener deudas. Lo explica el autor en 600 copiosas páginas de descontrolada y fascinante erudicción. 


Taleb al teléfono. Anda en Nueva York recién llegado de Lugano, donde diluviaba, y en breve regresa a Europa. Siempre así, como un flanêur. La lluvia le afecta al humor y los rayos de sol que, cuenta, se abren paso en la Gran Manzana, le descubren “en transición entre el estado de ánimo pasivo, contemplativo, y el activo”. El periodista ha preparado una veintena de cuestiones pero él prefiere “conversar”. Guardamos los folios. Conversamos.

“Un poco de aleatoriedad es bueno para nosotros”, arranca Taleb, y ya no para. “Usted y yo no estamos diseñados para controlar nuestro medio ambiente. Evolucionamos en un lugar donde conseguíamos el alimento sin regularidad, dormíamos sin regularidad, acechaban los problemas, los animales... Pero es que todo en la naturaleza está diseñado para la irregularidad. Hoy eso no nos gusta, nos da miedo el azar, intentamos evitarlo, y ese miedo nos hace más daño”.
Huímos del azar, repudiamos el estrés. Pero Taleb lo persigue. Narra en Antifrágil la historia de dos hermanos londinenses en tiempos de crisis: un taxista y un asalariado de banca. Llega el crack y el predecible empleado es despedido mientras que el taxista que vive al día, que ningún mes sabe cuánto va a ganar trabaja más, restringe gastos, se defiende. La búsqueda de una vida planificada y ordenada nos hace débiles. El taxista es Antifrágil .“Permítame avanzar en la idea. Evitamos todos los incendios forestales sin discriminación. Pero entonces el material inflamable se acumula y cuando el fuego llega, explota todo el bosque. O el sistema económico. Greenspan [presidente de la Reserva Federal antes de la crisis de las subprime] dijo: ‘queremos una economía sin variaciones'. Y la destruyó”.

La referencia a Greenspan no es casual. Taleb fue muy crítico con la gestión de la última gran crisis. Él, que ejerció en la Bolsa dos décadas y rechaza el salvamento de los bancos por el Estado, no tiene ahora mismo muchos amigos en las Finanzas. Ni entre los políticos. “Alguien es elegido presidente, como Clinton, o Sarkozy. O Aznar. Y después se convierte en un hombre de negocios utilizando los contactos urdidos durante su servicio público para hacer dinero. Y esa para mí es exactamente la misma corrupción que la de los diamantes de sangre de África”.

Si El cisne negro podía calificarse de pluridisciplinar, Antifrágil es enciclopédico. Un exceso. Taleb salta de la filosofía a la historia, de la economía al mito, de la teoría del caos a la doctrina libertaria, de Séneca a Lenin. Y ejemplos, ejemplos y más ejemplos que afilan una sola obligación, la de no ser frágiles.“En nuestra vida personal es absurdo prepararse para el Cisne Negro, un huracán o un terremoto. Pero sí podemos, como he hecho yo, dejar los cigarrillos, el azúcar, los medicamentos superfluos, las motocicletas... y el New York Times”.

- ¿Cómo?
-Jejeje. A ver, me explico… En Europa, los pocos periodistas con los que he hablado saben que no me gusta la prensa, por lo que tienden a compensar esto con buenas conversaciones, como la que estamos teniendo ahora. En los EE.UU. tienden a hacerte una entrevista sin haber leído el libro. Así que hablo con los periodistas en Europa, no con los de mi país. Yo he escrito en prensa pero la gente no se da cuenta de cómo el sensacionalismo puede variar el foco de lo que nos afecta y de lo que no. Las dos personas que mueren en un huracán figuran en la parte superior de Google News. Pero son sólo dos. Nunca antes en la historia habíamos sufrido tanta diferencia entre el mapa de riesgo real, el mapa de riesgo estadístico, y el mapa de riesgo en las mentes de las personas”.


- ¿Y cómo arreglamos la política?
- En primer lugar, tenemos que descentralizar los errores para que sean más pequeños, el modelo de ciudad-Estado, dedicado a la paz y las transacciones, como Suiza, es mucho más eficiente que el del Estado-Nación, en torno a la guerra y el déficit. En segundo lugar, debemos evitar todo tipo de deuda en el Gobierno nacional y sólo permitirla a nivel local. Y lo tercero: no dejemos que nadie que no se vea afectado por sus errores ejerza un poder con el que equivocarse.

Taleb apela así a la segunda pata de Antifrágil, todo un programa moral. Porque “a los burócratas que nos gobiernan no les afectan sus malas decisiones, nunca ven a las personas a las que perjudican. Y así nos va”. Argumenta que el empresario que fracasa sufre su fracaso. El político no. “El ejército brasileño sufría un alto número de accidentes de helicóptero. Hasta que obligaron a los mecánicos a viajar a bordo. Y ¿adivina qué? Se acabaron los problemas”.

Hablamos de España. Nuestro flanêur ama Barcelona y ve en Gaudí “algo orgánico”. Recuerda que fue ante sus maravillosos edificios cuando pensó por primera vez que la mente humana funciona “como las desviaciones matemáticas”. “Y esto, la desviación, es lo importante. Gaudí ha debido ser de las pocos personas que, en la Modernidad, ha ido en contra de la tendencia a la simplificación y a las superficies lisas”.

Toca poner a Taleb frente a sus contradicciones. Porque después del éxito de El cisne negro todos le reclamaban consejos, le buscaban como asesor de empresas y Gobiernos, le invitaban a la cumbre de Davos... A alguien como él, que advierte de la inutilidad de toda predicción, ¿le divierte ser considerado un gurú? La gente me viene a ver, y me pregunta ‘¿qué piensa usted acerca de Chipre?'. Trato de huir de ellos por completo, y no ha sido fácil. He estado escondiéndome tres años y medio para acabar el libro, desarrollando las ideas que refleja. Por lo tanto, yo no quiero ser un gurú. Ahora mismo, me concentro en la matemática teórica. Estoy escribiendo un libro paralelo a Antifrágil, desde el enfoque matemático. Se llama The convenience of the uncertainty. Se acabó, ahora sólo me dedico a escribir”.

Daniel Arjona, "A los burócratas que nos gobiernan no les afectan sus malas decisiones", entrevista con Nassim Nicholas Taleb, El Cultural, 05/04/2013 

Comentaris

Entrades populars d'aquest blog

Percepció i selecció natural 2.

Gonçal, un cafè sisplau

"¡¡¡Tilonorrinco!!! ¡¡¡Espiditrompa!!!"