text 79: Mariano Sigman, Los dilemas del coronavirus
Quizás estos días nos enseñen que tenemos una capacidad de cambiar mayor de lo que imaginamos. Persistimos en nuestras tradiciones, vicios y costumbres, no tanto porque no podamos cambiarlas sino porque no hay una verdadera motivación para hacerlo. Se dijo durante décadas que la educación era la única actividad humana que no cambiaba. En tres días la hemos cambiado. Todos los niños aprenderán durante un buen tiempo de su casa. Todavía no sabemos las consecuencias de esto, pero sabemos que estamos dispuestos a hacerlo. Y el mundo sigue girando.
Cambian también, por supuesto, nuestros juicios y valores. Hace apenas dos meses, se cuestionaba a China porque privaba libertades individuales, controlando y confinado poblaciones. Meses después, lo que era horrible parece prioritario. Y sobre esta idea, quiero proponerles el siguiente dilema como experimento mental para pensar el futuro:
“Supongamos que retrocedemos el tiempo al comienzo de la pandemia, en enero del 2020. Los gobiernos, Naciones Unidas y la OMS tienen la tecnología para conocer nuestros movimientos y a quienes hemos contactado. También datos de nuestra intimidad corporal como temperatura, frecuencia respiratoria, carga viral... Aquellos que presenten riesgos, por ley, serán confinados, en cuarentenas, en su casa. Supongamos que esto acota enormemente la pandemia sin tanto costo porque se elige quién se queda en cuarentena y quién no. Nada es gratis por supuesto, nadie nos garantiza que no habrá usos nocivos y conspirativos de esta información.”
Si pudieses volver en el tiempo, ¿te parecería bien hacer esto?
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